AMOR
QUÉ ES EL AMOR:
Sentimiento de intensa atracción emocional hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común.
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PRIMERA PARTE
En los primeros capítulos se pude ver durante “la metamorfosis” del hidalgo Alonso Quijano a Don Quijote, que hay una parte en la que Don Quijote necesita una dama para contarle todas sus hazañas y amarla. Esa dama es Aldonza Lorenzo, que dentro de la “locura” de Don Quijote se convierte en Dulcinea del Toboso, persona a la cual Don Quijote jura amar. El único inconveniente es que Dulcinea no sabe ni que existe el caballero, dándose un amor de Don Quijote hacia Dulcinea, pero no de Dulcinea hacia Don Quijote.
A lo largo del libro se va a ir viendo cómo cada vez que Don Quijote vence a alguien le va a enviar a que se lo cuente a Dulcinea, porque en la cabeza de Don Quijote esa es la manera de que Dulcinea se enamore de él.
Se puede ver el amor incondicional de Don Quijote hacia Dulcinea en el capítulo XII y XIII, donde Don Quijote llega junto a Sancho Panza a una venta que confunde con un castillo. Aquí lo sucedido es que Don Quijote cree que una mujer llamada Maritornes se había enamorado de él y en la noche, cuando Maritornes va a la habitación donde se encontraba Don Quijote, este le dice que le es fiel a Dulcinea y que jamás la engañaría.
Don Quijote, al liberar a los galeotes y huir, hace que Sancho le lleve una carta a Dulcinea para que ella se entere de lo sucedido y para que no se preocupara por si no sabía nada de él.
En un intento por conseguir llevar a Don Quijote a casa, Sancho, el barbero y el cura se alían con dos personas que habían en la anteriormente nombrada venta. En conjunto hacen pasar a una mujer por princesa para que le dijera a Don Quijote que un gigante había atacado su castillo y que necesitaba su ayuda. A cambio, si se casaba con ella le nombraría rey. Pero Don Quijote rechaza la oferta del casamiento por su amor hacia Dulcinea, aunque acepta ayudar de igual manera.
SEGUNDA PARTE
Tras lo sucedido en el final de la parte uno del libro, Don Quijote se escapa de casa y convence a Sancho para que le guíe al castillo de Dulcinea. Como no lo encuentran, Sancho le hace creer una labradora que se encuentran es Dulcinea. Don Quijote se arrodilla en señal de honor por estar con Dulcinea ya que cree que está encantada y la han trasformado en una labradora. Don Quijote está feliz ya que a visto a Dulcinea, aunque ahora tendrá que desencantarla. Una vez encontrada la forma de desencantar a Dulcinea (que Sancho se dé tres mil trescientos azotes) Sancho no quiere y se niega, pero Don Quijote le insiste tanto que hasta pacta con Sancho el precio de los azotes. Sancho, en vez de dárselos, los da contra el troco de un árbol, pero evitando que Don Quijote lo vea para él que se lo crea.
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