AVENTURAS CON ENCANTAMIENTOS
PRIMERA PARTE
Capítulo XII: La familia de Don Quijote quema sus libros porque creen que son la razón de la locura de él, además de tapiar la puerta a la habitación donde estaban los libros. Don Quijote al ver que no está la puerta pregunta qué ha pasado y su sobrina le responde que alguien con un nombre acabado en -ón había cometido tal fechoría, a lo que la mente de Don Quijote pensó que había sucedido por su supuesto enemigo el mago Frestón.
Capítulo XIII: Don Quijote ve a unos “gigantes” a los que decide hacerles frente, pero Sancho le advierte de que en realidad son molinos. Don Quijote tras recibir un fuerte golpe por parte del supuesto “gigante” observa que realmente son molinos, pero por no darle la razón a su escudero se excusa diciendo que fue su enemigo el mago Frestón, el cual en el último momento transformó a los gigantes en molinos.
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Capitulo XVII: Don Quijote ve a un barbero el cual está bajo la lluvia y se está tapando con una bacía. Don Quijote piensa que es "el yelmo de Mambrino", un yelmo encantado de un rey moro. Don Quijote se lo acaba quitando ya que dice que quien lo posee se hace invulnerable.
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Capítulo XXIV: Ocurre en la venta, estando Maritornes, el cura, el barbero y el ventero. De repente aparece Sancho pidiendo ayuda porque escuchó ruidos en la habitación de Don Quijote. Van a su habitación y le encuentran en camisa combatiendo sonámbulo contra unos cueros de vino. Para despertarlo le echaron un jarro de agua fría.
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Capítulos XXIX, XXX y XXXI: Concertaron con un carretero de bueyes que pasaba por allí, para que llevase a Don Quijote de la siguiente forma: hicieron una como jaula, de palos, lo suficientemente grande para que pudiese caber en ella don Quijote. Todos, por orden del cura, se cubrieron los rostros y se disfrazaron, de modo que a don Quijote le pareciese ser otra gente de la que en aquel castillo había visto y pensaba que estaba encantado y que por ese motivo tenía que estar encerrado en esa jaula. Así es como don Quijote volvió a su aldea.
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Segunda Parte
Capítulos XVIII y XIX: En este capítulo, por casualidad un titiritero, Maese Pedro, llega a la misma venta en donde se encuentran Don Quijote y Sancho. En la obra que representa Maese Pedro con sus títeres se cuenta la historia de la francesa Melisendra, esposa de Don Gaiferos, a quien tenía cautiva el rey Moro Marsilio. A esta dama debía liberarla su enamorado, y había también una persecución por parte de los moros. Llegado a este punto, don Quijote pensando que estaba viviendo una historia real, destruye el teatro y los muñecos, con el fin, según él, de salvar a la princesa.
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Capítulo XXI: Don Quijote y Sancho llegan al río Ebro y ven «un pequeño barco sin remos que estaba atado en la orilla a un tronco de árbol que en la ribera estaba. Don Quijote cree que, siguiendo el curso del río, han llegado al mar y han pasado la línea del Ecuador. Don Quijote se sobresalta e increpa a unos hombres como si fueran seres malvados, y los amenaza.
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Final del Capítulo XXVII y Capítulo XXVIII: Los duques les ofrecen a Don Quijote y Sancho un corcel extraordinario, Clavileño se llamaba, capaz de recorrer grandes extensiones en apenas tiempo por su capacidad de volar. Don Quijote y Sancho se monatan el él con la condición de que los dos deben llevar vendados los ojos. Una vez montados en Clavileño, este emprende el supuesto viaje y todas las personas que estaban en el patio no podían contener el asombro y les dicen frases como: “¡Dios te guíe, valeroso caballero!”. Estas oraciones hacen preguntarse a Sancho que, si de verdad están tan alejados del suelo, cómo pueden oír las voces que los alaban, a lo que Don Quijote le responde que es su cabeza la que le hace escuchar eso porque es lo que quiere oír. Los duques les hacía aire con un gran fuelle para aparentar la sensación de velocidad, además de usar ingeniosos trucos para calentar a Don Quijote y Sancho haciéndoles creer que estaban llegando al reino del fuego. Para acabar con esa aventura le prendieron fuego a la cola, la cual termina explotando.
