EL CURA
PRIMERA PARTE
Pedro Pérez, cura del lugar de la Mancha donde vive nuestro héroe, es, junto a maese Nicolás, la persona que habla y discute con Alonso Quijano sobre Libros de Caballería. El autor lo describe como «hombre docto, graduado en Sigüenza» en un claro tono de burla. Aunque en un principio pueda aparecer un amigo del hidalgo, pronto descubriremos que se convertirá en enemigo de don Quijote.
Desde que nuestro hidalgo decide convertirse en caballero andante y salir a buscar aventuras, el cura, junto con el barbero, apoyados por el ama y la sobrina, se obsesionan por traer de vuelta a Don Quijote y curarlo de “su locura”. Una muestra la encontramos en el capítulo XXI, donde el cura y el barbero urden un plan para conseguir su propósito contando con la ayuda de una pareja que se encuentran en Sierra Morena. El plan consiste en que el cura se vista de doncella y fija necesitar ayuda porque un gigante le ha quitado su trono, y el barbero se vestiría de su escudero. Sin embargo, antes de comenzar con el plan, se cambian los personajes entre sí para no romper la dignidad del cura. En el camino a Sierra Morena, se encuentran con Dorotea quien acabará haciendo el papel de doncella. Cuando ven a Don Quijote le convencen para ayudar a la doncella. De camino a ayudarla, se paran en la famosa venta donde había estado en capítulos anteriores. Para llevar a don Quijote a su casa sin que se escape otra vez, lo encierran en una jaula en condiciones inhumanas.
SEGUNDA PARTE
Ha pasado un mes desde que han llegado y en ese tiempo no ha visitado a don Quijote, solo a su familia para no recordarle lo que ha pasado. Cuando finalmente le visita, para comprobar que está bien le hace una prueba hablándole de caballeros. Don Quijote entra en discusión y, se demuestra así, que el protagonista sigue pensando que es un caballero andante.
En esta parte, el cura y el barbero tendrán un nuevo aliado: el bachiller Sansón Carrasco. Los planes ahora serán diferentes: Sansón Carrasco se disfrazará de caballero y retará a don Quijote a un duelo con la condición de que quien lo pierda debe dejar la caballería y volver a casa. En el primer intento, con Sansón Carrasco disfrazado de “Caballero de los Espejos”, Don Quijote sale triunfante y continúa con sus andanzas. La segunda vez, en Barcelona, Sansón Carrasco se hace pasar por el “Caballero de la Blanca Luna” y esta vez sí que vence a nuestro protagonista obligándole a volver a casa y a dejar la orden de caballería.